Yo hace poco comencé a hacer clases de español. Tenía la visión de docencia gracias a mi madre, quien es una excelente profesora de enseñanza básica en Chile, el país de donde vengo. Una de las características más importante que pude percibir desde muy pequeña de esta vocación, ya que ser profesora es un llamado a mi parecer por todo lo que hay que entregar día a día, es la enorme paciencia que hay que tener con los alumnos, y el cariño que se les debe entregar. Sean 8 horas por días, o tan solo una, los alumnos se vuelven parte de tu vida, de tu realidad, y ese vínculo es recíproco...y si uno mismo no enseña con cariño o dedicación, eso se verá reflejado en la disposición de nuestros alumnos a aprender.
Volviendo a un tiempo más actual, hace 2 años que comencé realmente a dedicarme a la enseñanza del español como lengua extranjera. Ya había efectuado clases de otras asignaturas como ciencias o matemáticas, pero todas en Chile y en español, y ahora, que mi hogar es Brasil y esta oportunidad se presentó, no quise dejarla escapar.
Como dije anteriormente, tenía una visión general de la enseñanza gracias a mi madre, pero ahora consigo ver, que como muchas cosas en la vida, practicar es el medio para mejorar cada día. Y este curso me ha servido muchísimo para crecer como profesora y docente.
Hablando específicamente de este módulo, al utilizar un enfoque centrado en las experiencias del alumno, pude ver cómo ellos se ven más animados, seguros de si mismos e importantes dentro de la clase. En la escuela donde hago clases, tenemos feedback a mitad del semestre para que los alumnos puedan conocer la visión que el profesor tiene de ellos; pero este proceso es siempre direccionado a hablar de las fortalezas y logros que han conseguido (refuerzo positivo), y una de las cosas que les comentaba siempre, era que sus opiniones e intervenciones son siempre importantes dentro del aula, y lo que sucedía es que ellos mismos se sentían además de orgullosos, responsables por su propio despempeño y desarrollo dentro de las clases.
También intento generar un clima de confianza, seguridad y tranquilidad. Si vamos a debatir, que es una de las cosas que más les gusta, les digo primeramente que hay que respetar las opiniones del compañero, mismo si no son iguales a las propias. Ellos ríen, comparten sus experiencias, les gusta trabajar en grupo, y se sienten seguros de hablar y comunicarse, siendo esto último uno de los motivos por qué estoy enseñando español.
Realmente es un trabajo enriquecedor: ver que tus alumnos gustan de ir a las clases, que el tiempo al principio extenso se hace corto hablando y conversando, a la vez claro de que aprendemos gramática y las reglas generales del lenguaje, pero todo bajo un enfoque afectivo, experencial y de confianza.
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